Hoy mi mochila tocó el suelo por primera vez en años. O así lo sentí. Entonces me pedí un café en una esquinita linda de Rosario que suele llenarse de árboles florecidos en estos días. Aquel lugar me recuerda cosas fuertes porque antes de arrancar Terapia Nomade me sentaba ahí mismo a escribir historias y soñaba con viajar.

De hecho, me gustaba medio como esconderme, ver a la gente pasar e inventarles vidas, nombres, profesiones… cualquier cosa en realidad.

¿Aquel?… bueno… definitivamente contador. Se llama Federico y odia que la madre lo llame “Fefe” en reuniones familiares, lo incomoda. Le recuerda cuándo era gordito y tenía un diente de metal.

¿Y aquella?….uff…Carolina…Profe de yoga. Mandó todo a la mierda y decidió dejar la vida rutinaria al lado de un marido ausente y alérgico al sushi.

Así… me pasaba horas en hojas que después tiraba a la basura, porque al final, era eso, un juego donde ellos me permitían imaginar sus vidas. Buscaba palabras… para ellos y sobre todo para mí.

Misma mesa, mismo rincón intento hoy escribir sobre un tipo complicado que viaja con mochila. Escarbo buscando palabras que sean aeropuertos, navidades y cumpleaños en que no estuve.

Palabras que sean capaces de expresarles a ustedes de qué va todo esto de “volver” aunque todavía siga sintiendo que se me mete arena del Sahara dentro de las zapatillas y tengo que parar para revisar.

Busco palabras que nos desnuden la piel. Que nos cojan fuerte y de parado contra una pared mientras se nos desviste el alma hasta los huesos. Que nos besen con ojos cerrados pero con corazón abierto.

Busco esas palabras, no las cobardes ni de cotillón, tampoco fotos de viajes falsos con poses de mentira, sino de esas valientes…

Palabras capaces de expresar la sensación de un cuerpo que vuelve a un lugar y que reconoce olores pero los confunde con mercados turcos, casas de té jordanas y lluvias amazónicas.

Busco palabras que no tengan miedo de mí.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

trece − 9 =