Dentro de algunos años, puede que te preguntes ¿porque?, ¿porqué lo hice?. ¿Porqué arruine tus planes?. Serías un joven profesional, con tu departamento, tus camisas, corbatas y buenos perfumes. Hubieses tenido una vida “ideal”, un trabajo estable, que no te hubiese dejado mucho tiempo libre, es cierto, pero con tus vacaciones aseguradas entre cambio y cambio de automóvil.
Te escribo esta carta desde un pueblito correntino, ese del que mirabas fotos soñando algún día recorrer, ¿te acordás?, Paso de la Patria.
Voy a ser breve, no quiero sonar dramático pero fue una cuestión de vida, no de muerte, sino de renacimiento, de libertad. El trabajo y los bienes materiales pueden esperar, en cambio entendí que estos atardeceres impacientes no son eternos, y yo tampoco.
Hoy se cumplen casi dos semanas desde que dejé la ciudad. No es mucho tiempo, pero me ha alcanzado para sentir que fue lo correcto. Y aunque aún tengo cuerpo y mente intoxicados por todo aquello que me has obligado a pasar mientras postergabas lo que deseabas, entiendo que fue “necesario”. No te culpo, fue todo un salto al vacío.
Lo sé, le hice mal a más de una persona, con o sin justificativos los obligue a extrañar, alejé a un hijo de su madre, a un amigo de sus grupos y huí como un cobarde de cada historia de amor en la que me vi involucrado, todo por esta decisión. Hasta vendí y regalé todas tus pertenencias, pero a pesar de todo, espero no me guardes rencor, te prometo que estoy recolectando otras cosas que son aun más valiosas, esas que realmente serán historias que contarle a tus hijos.
Ojalá me perdones, o mejor aún, no haya nada que disculpar. Por mi parte te agradezco, por llevarme a un extremo donde entendí que tu vida no me haría feliz, al menos no en este momento, por obligarme y enseñarme a actuar por amor propio.
Ya sabes quién te escribe ¿no?, ¿Dónde estás ahora?, de seguro descubriste a qué llevó todo esto, ¿Cuál fue el costo de nuestra Felicidad?.
Foto: bebee.com
Hoy fue que me metí en tu blog, estoy leyendo todo lo que me llama la atención y éste… me tocó, casi lloro. Gracias Rodri! Me siento identificada con tus escritos de una forma u otra.
Gracias Joha! Espero pronto subir mas cuentos.