Hola Amigo! ¿Como está todo por allá?. Me alegra tener noticias tuyas, y más aún que hayas solucionado esa bendita gotera del segundo piso, por fin!. Tu auto nuevo es una belleza, te felicito! me gusta mucho ese color. Che!……¿Es cierto que Juan le pidió casamiento a Magui?. El tiempo está pasando muy rápido, envíales mis saludos.

Te cuento que estoy en Cozumel, una semana bastante gris, pero por suerte el temporal dio un respiro y acá estoy, sentado frente al mar. Que se yo….sigo pensando en lo que hablamos la última vez, buscando respuestas..lo mismo de siempre, como te imaginarás.

Ya se!…Ya se lo que me vas a decir, que no puedo seguir así y que todo es cuestión de dar el primer paso, «saltar» como si eso fuera fácil.

No sos el primero que dice que me aleje, que no tengo ningún futuro a su lado. Pero no encuentro el valor, imposible es imaginar mi vida sin ella. Nadie lo entiende, pero ahora es diferente, ha cambiado y me siento protegido ¿entendés?….como más seguro. Hasta puedo comer lo que quiero, desvelarme y dormir por la tarde. Ella lo entiende todo. ¿Podés creerlo?.

Que debo probar otra cosa y pasar tiempo con alguien más…..Uff! es inútil, ella está presente en cada cosa que hago. Pasamos tiempos difíciles pero ahora intentamos estar mejor, me apoyó cuando nadie más lo hizo, escuchándome, siendo mi compañera, ¿como podría?.

Despierto cada día y ella prepara el café como a mi me gusta mientras me acaricia por la espalda y me recuerda su amor. Ayer… llegué bastante mal, en esos días en que nada sale bien ¿viste?, y ella…ella me estaba esperando con su abrazo. Siempre sabe que hacer y que decir!. No necesito mas. Hicimos el amor y después de acariciarnos sobre la hamaca, nos pusimos a cocinar tomando una copa de vino. ¿Crees que me estoy volviendo loco?.

Ella me hizo olvidar a cualquier otra, llegó cuando más la necesitaba. Sin esperarla se metió en mi vida sin preguntar, le puso nombre a cada rincón vacío, se adueñó de todo, dándome la paz que siempre soñé. ¿Tan difícil es entender eso?.

Es verdad, ella conoce demasiado bien mis miedos, toda mi historia y aveces lo utiliza para lastimarme. Sabe cada una de mis debilidades y fracasos, el donde y cuando golpear. Puede ser la mas despiadada y hundirme con facilidad en agujeros de los que cada vez me cuesta mas salir. Soy vulnerable ante ella, me causa terror y lo admito, pero me dijo que nunca mas iba a ocurrir…… y le creo.

Seguro, otra vez vas a decirme que su perfección es producto de mi imaginación, que la idealizo, que el viaje me «pego mal» y debo volver a Rosario urgente para ver algún terapeuta, o mejor aun, como dice mi hermana, hacerme leer las constelaciones, porque debe ser un karma que traigo de otra vida o algo así.

Algunos meses atrás conocí una chica, ¿te conté? era hermosa…había música y bailamos toda la noche…reímos mucho también. Por un momento sentí que podía lograrlo, que podía de una vez suplantarla, olvidarla, confiar en alguien mas y enterrarla como un mal recuerdo, te juro lo intenté.

Pero los días pasaron y comencé a compararla, fue inevitable. Su café… no era igual, ni el ruido de su respiración al dormir en la hamaca luego del sexo. Utilizó mis cosas y las guardó en lugares que hasta hoy no puedo encontrar. En el baño, sus cremas conquistaron toda superficie horizontal posible, hasta el cepillo de dientes me dejó.

Cocinar ya no fue lo mismo, tuve que acceder a negociaciones gastronómicas y agregar mas verduras porque «comer siempre carne no es bueno», y aunque tomamos vino, ella se emborrachaba siempre antes que yo.

Dormir por la tarde ya no fue una opción, siempre un itinerario, por lo general uno no negociable el cual debía acatar bajo riesgo de fusilamiento o peor aun, la amenaza de una indiferencia implacable por el resto de la jornada.

Las palabras comenzaron a tener doble o triple significado según la entonación y la situación, tuve que defenderme de falsas acusaciones como el peor criminal, ser honesto pero no demasiado, dulce aunque no empalagoso, cuidar mis reacciones y estar comprensivo de las de ella.

No resistí y fue así que volví a ella, como cada vez que la necesite. Refugio de cobardía. La soledad siempre estuvo ahí amigo, aunque no la viera, a la expectativa, preparando mi café. Como una cómoda opción, un sin compromiso con riesgo de olvido, una vida en el eterno sin sentido de una rutina sin peleas, ni malos entendidos por whatsapp.

Ella, como un animal hambriento me esperó cada noche, escondida entre los silencios y decepciones, amiga de mis miedos y costumbres, de mi orgullo y egoísmo, piadosa e indulgente, con su abrazo siempre paciente.

Pienso que la soledad nos da una vida de ventaja con la seguridad de que al final de esta carrera por encontrar a ese «alguien» terminaremos volviendo a ella, a sus brazos, con el caballo cansado de tanto intentar. Debo alejarme de ella, tenés razón, desaparecer de su vista, que jamás vuelva a oír de mi, y si es posible que piense que morí. Debo alejarme de la soledad.

Perdón amigo, comenzó a llover nuevamente y debo regresar. Te llamo luego. Avísame si sabes algo más del casamiento. Gracias por escucharme.

 

Foto: cru.org

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dieciseis − 8 =